Permitidme una pequeña reflexión. Ayer asistí a un encuentro de antiguos profesores y alumnos del instituto público donde estudié, el Pino Montano. Tuve la oportunidad de conversar con aquellos profesores que en su día me dieron clase y con compañeros que en la actualidad se dedican a la docencia como yo. Todos mostrábamos nuestra preocupación por la situación actual, temiendo las peores consecuencias para la escuela pública y, por tanto, para nuestros alumnos.
Tanto mi paso por el colegio, como por el instituto y la universidad, públicos, me han brindado la oportunidad de aprender, de crearme inquietudes de querer seguir aprendiendo siempre, de relacionarme con personas de todo tipo, de desarrollar un espíritu crítico, de tener una buena cultura y educación.
He tenido la suerte de contar con unos maestros y profesores que amaban su profesión y defendían la escuela pública, y todos ellos pusieron su granito de arena para que yo llegara a ser la maestra que soy hoy.
Por todo eso y mucho más, no dejaré nunca de defender y de luchar por esta escuela pública, que es de todos y para todos. Creo en ella, orgullosa de ser parte integrante, pero, además, creo fundamental que nos mantengamos unidos y firmes en su defensa, para asegurar un buen futuro para los niños que están y para los que estarán.
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